Desde hace algunos años, los directivos y líderes se han dado cuenta de la importancia de invertir en sus empleados. Al fin y al cabo, en la nueva economía, el principal diferencial de una empresa es su equipo. Son las personas que podrán responder rápidamente a los cambios del mercado y encontrar soluciones creativas a problemas que aún no somos capaces de prever.
Al analizar los últimos diez años, es notable la mutación de las profesiones existentes y la aparición de nuevos ámbitos de actividad. Esto se debe, por supuesto, a la aparición de nuevas tecnologías, y con ellas surgen nuevas demandas casi a diario en las empresas.
Sin duda, todos estos avances son beneficiosos para la sociedad en su conjunto. Sin embargo, en este escenario, el ejercicio de contratación de nuevos talentos y de gestión de personas se ha convertido en un reto aún mayor.
Por ello, la cultura del aprendizaje está en el punto de mira. La cualificación del candidato en el momento de la contratación ya no es el único factor a analizar, su personalidad y las llamadas habilidades blandas también se convierten en puntos clave.
A diferencia de lo que ocurría hace algunas décadas, cuando la estabilidad profesional era el resultado de un conocimiento constante aplicado a lo largo de los años, hoy en día los profesionales deben tener una capacidad casi intrínseca de mutación constante de su desempeño profesional.
Es necesario darse cuenta de que los diplomas y certificados de hoy pueden estar desfasados para el día de mañana. Ser capaz de percibir este movimiento del mercado y mantener una búsqueda constante de conocimientos es esencial.
La cultura del aprendizaje se encarga de hacer que este proceso sea natural, fomentando el desarrollo de todos los miembros de la corporación y garantizando su alineación con las innovaciones del mercado.
Toda empresa tiene una cultura organizativa muy arraigada, el problema es que muchas veces los profesionales de la alta dirección no son conscientes de ella y de los impactos que ha causado en sus empleados.
La cultura organizativa representa todos los valores y objetivos de la empresa; es la forma en que la empresa se posiciona ante las situaciones; es, de hecho, la forma en que los empleados ven y afrontan su trabajo diario.
El problema es que, a menudo, con modelos organizativos anticuados, la tendencia es que, a largo plazo, la empresa en su conjunto se quede obsoleta.
Es necesario que los líderes tengan esta percepción y sean conscientes de los impactos de su modelo organizativo en sus seguidores.
Va más allá de la oferta ocasional de cursos, formación o talleres. La cultura del aprendizaje es el incentivo y el ejemplo diario de la empresa para el desarrollo individual y colectivo de sus miembros.
Hay que crear un entorno propicio para este escenario, proporcionar las herramientas adecuadas a los empleados y fomentar el estudio y el desarrollo personal. Es literalmente un proceso de cambio cultural.
Los miembros de las más diversas jerarquías deben abarcar el proceso y, sobre todo, el ejemplo debe venir de arriba. Los pequeños cambios de comportamiento pueden representar ya un gran avance para los individuos de la empresa.
Más aún teniendo en cuenta el propio mercado laboral, la búsqueda de profesionales cualificados para su función es un trabajo duro, los profesionales en pleno desarrollo, aún más. Por lo tanto, ofrecer desarrollo y formación a sus empleados es una parte importante para retener el talento.
Los dirigentes deben tener en cuenta que la implantación de la cultura del aprendizaje es un proceso largo y debe ser continuo. Por otro lado, su retorno también es continuo. Al extraer lo mejor de cada empleado, las posibilidades de expansión de la empresa aumentan considerablemente.
Las empresas que invierten en una cultura de aprendizaje tienden a aumentar su productividad y la eficacia de cada una de las tareas que realizan, porque se aseguran de que sus empleados estén lo más cualificados posible.
Además, al aplicar una cultura de aprendizaje, el compromiso de todos los miembros de la corporación es alto, lo que disminuye los altos costes con la evasión del personal.
Para iniciar la implantación de la cultura del aprendizaje, conocer algunos pasos es fundamental para el éxito de la metodología. Por lo tanto, compruebe los 6 elementos fundamentales para desarrollar esta cultura en su empresa.
Como en cualquier otro proceso, el liderazgo es una parte clave de la implementación de un cambio cultural.
Su participación en este desarrollo debe abarcar desde cambios de comportamiento, incluyendo a sus seguidores en las decisiones importantes y permitiéndoles expresar sus opiniones, hasta un cambio práctico en su búsqueda de conocimientos y actualizaciones.
Fomentar los cursos, la formación y el desarrollo personal, expresando en sus actitudes la búsqueda del desarrollo compartiendo sus conocimientos con todos los miembros del equipo.
La cultura del aprendizaje tiene que ver con el desarrollo personal y profesional de cada empleado. Debe ser un proceso natural y espontáneo, alineado con las expectativas profesionales de cada uno.
Por ello, las alternativas de aprendizaje como las clases online son una gran opción en este proceso. Esto se debe a que el aprendizaje personalizado se hace factible, cuando los mecanismos de una Plataforma de Experiencia de Aprendizaje (LXP) facilitan esta particularización de forma automática.
Sugerir rutas de conocimiento para cada área de conocimiento, en función de los intereses profesionales de cada uno.
Otro punto interesante es que, haciendo uso de los mecanismos de aprendizaje en línea, es posible seguir el desarrollo de cada uno de los empleados.
Las empresas y los directivos en general tienden a valorar los resultados y la alta productividad, lo cual es totalmente comprensible. Sin embargo, por otro lado, este tipo de actitud tiende a sobresaturar a los empleados. Por muy cualificados que estén, tienden a omitirse ante las altas exigencias y necesidades de entrega.
Al ofrecer recompensas a los miembros que persiguen su potenciación, el compromiso y el estímulo de la innovación siguen presentes en la organización.
Cuando hablamos del término "recompensas" es fundamental entender que engloba actitudes, reconocimientos e incluso premios. Existen alternativas online, donde, algunas plataformas de aprendizaje ya cuentan con gamificación, que tienen precisamente este objetivo.
El aprendizaje social está integrado en la cultura del aprendizaje como otra forma de estimular el conocimiento. Nosotros, como individuos, tendemos a estar influenciados por las actitudes, las personas y los entornos en los que vivimos.
Por ello, es fundamental fomentar el intercambio de información y conocimientos entre los empleados. Programar sesiones de formación mensuales o incluso semanales es una forma de trabajar en el tema.
Las personas sin dirección no ven su avance y los beneficios en esta evolución, construir un programa de formación y dejar claro qué planes tiene la empresa para cada empleado debe ser una parte integral de la cultura de aprendizaje.
Los programas de formación refuerzan los contenidos aprendidos en el universo online y estimulan una evolución aún mayor.
Al elegir un entorno en línea para desarrollar la cultura del aprendizaje, es necesario asegurarse de que la plataforma elegida sea fácilmente accesible y tenga un entorno de aprendizaje intuitivo.
De este modo, todos los miembros de la corporación, de las más diversas áreas, podrán acceder fácilmente a los contenidos y materiales publicados.
Algunas plataformas de aprendizaje en línea tienen una interfaz de aprendizaje desarrollada precisamente para este fin. Hotscool , por ejemplo, es una de ellas, la herramienta tiene un sistema extremadamente accesible e intuitivo. Haga clic aquí para realizar una prueba gratuita de 7 días de la herramienta.
Seguir estos pasos es sólo la fase inicial de una cultura de aprendizaje, esta cultura ofrece numerosas posibilidades para el desarrollo continuo de la empresa. Corresponde a los dirigentes y gestores mantenerse también al día y en busca de innovaciones.