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Imagina que has ido a la panadería más cercana a tu casa. Al acercarse al escaparate bajo el mostrador, le salta a la vista un pastel de chocolate belga. Se le hace la boca agua. Aunque se te antoje el pastel, no tienes por qué comértelo entero. Pides un trozo, pagas y disfrutas de tu tarta.
El microaprendizaje es una experiencia igualmente satisfactoria.
El microaprendizaje es la capacidad de dividir el contenido en múltiples trozos más pequeños y altamente relevantes. Este contenido se entrega exactamente en el momento adecuado para su aprendizaje mientras realiza una tarea determinada. Esto permite al alumno consumir contenidos de alta calidad a su velocidad óptima de aprendizaje. Es lo que llamamos "píldoras de conocimiento".
Lo que no es: sesiones de formación tediosas, aburridas, de una hora de duración, manuales interminables, talleres que duran días y días. Hoy en día, estas prácticas han sido sustituidas por microcontenidos de alto valor.
Puede parecer una idea nueva, pero no lo es. En algún momento te habrás encontrado con este tipo de aprendizaje.
No estamos hablando de una teoría descabellada. La práctica del microaprendizaje va acompañada de numerosos estudios en el campo de la neurociencia. La forma en que consumimos la información y la ventana de atención dedicada por el cerebro es el foco principal de estos estudios.
El córtex prefrontal es responsable de todo en tu cognición. A su lado están la amígdala y el hipocampo. Estos dos desempeñan un papel importante en el aprendizaje, pero reaccionan mucho mejor al microaprendizaje.
El hipocampo es el responsable directo del procesamiento de la información y de su importancia. Después de todo este proceso, que es independiente de tu voluntad, envía el contenido principal a las memorias a largo plazo, a las que se puede acceder más tarde. La información se mantiene en el hipocampo unos veinte minutos, tras los cuales se convierte en un recuerdo al que se podrá acceder en el futuro.
En resumen, si intentas aprender mucho, durante muchas horas seguidas, lo normal es que aprendas trozos de la información que tu cerebro ha considerado importante. El resto, tienes que volver a estudiarlo de forma más sucinta.
Como no podemos trazar correctamente esta distinción, el microaprendizaje se centra en lo que se puede aprender rápidamente y luego utilizar.
Una vez que entendemos cómo funciona el cerebro, es fácil imaginar el tamaño del contenido que debe considerarse microaprendizaje. Existe una opinión predominante sobre el tema, que considera que los módulos de 10 a 15 minutos son un buen ritmo de aprendizaje. No se trata de una regla, sino más bien de una recomendación. Hay contenidos que necesitan más tiempo y el profesor, o tú mismo, tenéis esa libertad.
Recuerda siempre la capacidad de tu mente para quedarse con algo. Por ejemplo, con un vídeo más corto se consigue mucha más interacción.
Un pensamiento común a la hora de diseñar un módulo o separar contenidos para su futuro estudio es que si todo el texto cabe en un pequeño trozo de papel o en la pantalla de un teléfono móvil, es suficientemente pequeño. Esto facilita el acceso a cualquier contenido y su revisión siempre que sea necesario.
Así se crea un menú de información disponible siempre que se necesite. Esto es lo suficientemente "micro" como para seguir siendo eficaz.
Es como un autoservicio de comida rápida. Valoras lo que quieres en ese momento y eliges el pedido que más te conviene. Permitir este nivel de autonomía para el alumno y para sí mismo les devuelve las riendas de su propio viaje.
Esto crea el hábito de buscar y cultivar una base de conocimientos propia a la que se puede acceder fácilmente siempre que se necesite. Con palabras clave exhaustivas y una organización clara, puede acceder en cualquier momento a un pequeño contenido que resuelva un problema aparente.
Ahora que los estudiantes participan más activamente en su propio aprendizaje, esto hace que estén más comprometidos y preocupados por su progreso en el lugar de trabajo. Por lo tanto, tener una "actitud de microaprendizaje" hacia el conocimiento facilita la creación de rutinas de aprendizaje.
La idea de empezar a crear piezas de contenido altamente relevantes es acortar el trabajo que tu cerebro haría al procesar la importancia de cada pieza de información.
Prueba a ver vídeos cortos, de hasta quince minutos, todos los días sobre un tema concreto. Notarás una mejora significativa en tu capacidad de concentración y conocimiento de ese tema.
Cuando empieces a leer un libro, no te preocupes por terminarlo en pocas horas. Leer trozos más pequeños y reflexionar sobre cada uno de ellos después ayuda a tu cerebro a almacenar la información.
Puede que el microaprendizaje sea una pequeña actitud o herramienta entre otras muchas formas de ser más productivo. Pero puedo asegurarle que es muy eficaz.
Si necesitas ayuda para saber más sobre el tema, en Hotscool estamos a tu disposición.