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El aprendizaje permanente está totalmente ligado a la educación que aprendemos a lo largo de nuestra vida.
Pero, ¿sigue teniendo sentido hoy este modelo de enseñanza?
Según el concepto de aprendizaje permanente, tenemos que ir más allá.
El mundo es cada vez más perturbador.
Por eso, más que nunca, nuestra forma de aprender debe estar en constante evolución y considerarse un logro inalcanzable.
El aprendizaje es constante y permanente.
El aprendizaje permanente propugna precisamente este nuevo concepto de enseñanza, una educación continua en la que cada cual, por voluntad propia, aprende constantemente, en busca de nuevos conocimientos, conceptos y competencias.
Según el concepto de aprendizaje permanente, el modelo tradicional de enseñanza ya no está a la altura de las exigencias del mundo moderno.
El mercado laboral busca profesionales versátiles, constantemente actualizados e innovadores.
Los procesos internos cambian constantemente y el alto nivel de competencia está cada vez más presente.
Por esta razón, el modelo tradicional perpetuado a lo largo de los años, en el que la educación se resumía en la enseñanza básica hasta los estudios de postgrado, ya no es tan eficaz.
Jacques Delors, economista y político francés, coordinador del informe presentado en la UNESCO: Los cuatro pilares de la educación, sostiene que el conocimiento y el aprendizaje se adquieren a lo largo de toda la vida y "... requieren una actualización continua de los conocimientos...".
De este modo, no hay zona de confort.
Hay un aprendizaje continuo, basado en nuevos descubrimientos que transforman las actividades y las relaciones laborales.
Algunas instituciones educativas ya han tomado nota de estos cambios.
Por ello, han buscado alternativas pedagógicas capaces de actualizar y animar a los alumnos a aprender de forma continua y autónoma.
El concepto se guía por cuatro pilares básicos:
La transformación digital ha cambiado nuestras relaciones básicas, incluso las profesionales.
Ya no es posible hacer previsiones a 20 o 30 años vista.
Innovaciones, nuevas funcionalidades, nuevos métodos de trabajo, nuevos conceptos y procesos optimizados son las principales vías que tienen las organizaciones para seguir siendo competitivas.
Hay que ir más allá de los conocimientos tradicionales.
Para estar a la altura de la competencia, se necesitan profesionales dispuestos y capaces de mantenerse al día.
El principal elemento para construir una cultura innovadora debe ser la valorización de la propiedad intelectual, en la que los empleados saben más que nadie sobre cada proceso, punto fuerte o débil de la empresa.
Esta información, combinada con el aprendizaje continuo, puede transformar todos los procesos a mejor.
De este modo, los líderes y directivos se benefician directamente de la formación continua.
Incluso es posible fomentar esta forma de aprendizaje en el propio entorno organizativo.
Contar con un programa interno de formación empresarial reducirá la rotación de personal, aumentará la productividad y, sobre todo, incrementará la ventaja competitiva con un equipo cada vez más innovador.
La tecnología no sólo ha transformado el mundo empresarial tradicional, sino que también ha facilitado muchas actividades, incluida la forma en que aprendemos.
Con la formación a distancia y sus múltiples vertientes, como el microaprendizaje, es posible aprender en pocos minutos y desde cualquier lugar, utilizando los dispositivos electrónicos más diversos.
Así pues, para que el aprendizaje permanente sea posible, sólo se necesita un elemento: las personas.
Hotscool es una plataforma intuitiva y con recursos para hacer más eficaz el aprendizaje.
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